El consulado de Manila y los comerciantes de México
Editorial: UNAM
Licencia: Creative Commons (by-nc-sa)
Autor(es): Yuste, Carmen
La fundación del Consulado en Filipinas en 1769 otorgó a los comerciantes de Manila, hijos de españoles nacidos en las Islas y a los españoles residentes de cuando menos diez años atrás, una condición
preferente sobre los demás vecinos, cancelando así la mítica expresión
de "ciudad y comercio", que englobaba los intereses comunes en el
galeón de Acapulco. A partir de 1769 fueron formalmente relegados
los antiguos vecinos de Manila que vivían a expensas del tráfico transpacífico, pero que no podían justificar su participación activa en el comercio, ni mucho menos, el capital requerido para suscribirse a la
corporación. En segundo término fueron apartados los comerciantes
peninsulares y los de Nueva España que no tuvieran los reglamentarios años de residencia en las Islas, así como los forasteros, entendiendo por ello a los extranjeros de origen europeo que antes de 1769
participaban del tráfico con Acapulco por el solo hecho de matricularse como vecinos de la ciudad filipina, pero que una vez fundado el
Consulado, y conforme a las estipulaciones legales, también quedaron
marginados.
[México: 2021]
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