El mundo como fundamento
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Autor(es): Vivas, Manuel
El punto de partida de la filosofía de Heidegger, lo que hay en su simplicidad, permite al filósofo el descubrimiento de la vida como eje respecto del cual la filosofía adquiere nuevo sentido y definición, sobre todo después del imperio especulativo hegeliano. No obstante, la vida pone de manifiesto la insuficiencia ontológica de la fenomenología entendida esta desde la reducción trascendental y eidética de Husserl. La aproximación a la vida en su pura facticidad -pues la vida siempre es "vida fáctica"- exige salvar esa insuficiencia ontológica procurándose así la llamada transformación hermenéutica de la fenomenología. De entre las categorías fundamentales de la vida que Heidegger expone, la ruina es especialmente significativa para nosotros junto con el sentido kayrológico de la vida pues significan la necesidad óntico-ontológica del Dasein. De la facticidad autárquica, caldo de cultivo de la vida, podemos hablar de trascendentalidad de la mano del Dasein, sin abandonar la facticidad, como horizonte del preguntar por el ser. Si la ruina significaba la "desubicación" de la vida, el Dasein se encuentra a sí mismo en su "Ahí" -también su "hoy"- ubicándose sobre el mundo.
[2020]
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