La masculinidad en el tango rioplatense
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Autor(es): Alonso, Laura
Julio Sosa aseguraba que el tango es macho. Osvaldo Pugliese decía que el bandoneón tenía un timbre muy varonil. El cine, la radio y en general el mundo entero intentaron hacer de Carlos Gardel un icono masculino, el Don Juan del tango. Casi quinientas letras del tango de las décadas de 1920 y 1930 nos convencieron de que el género popular rioplatense se había gestado entre compadritos valientes que alardeaban de sus conquistas amorosas y de su coraje. Los intelectuales más relevantes de la literatura argentina fabularon con este mundo legendario —aunque "basado en hechos reales"— en el que una población mayoritariamente masculina habitaba los suburbios de ambas orillas del Río de la Plata. Lo que recoge el párrafo anterior podría ser un muy breve resumen de los pasos que hemos dado en el desarrollo de esta Tesis Doctoral. Hemos recorrido, por tanto, en este trabajo, un camino que comienza a finales del siglo XIX y llega al siglo XXI, haciendo paradas en la década de los veinte y treinta, —la Edad de Oro del tango, cuyo mayor exponente fue Carlos Gardel—, en la década de los sesenta con la figura de Julio Sosa, para terminar en el tango que se baila actualmente en todo el mundo. Lo que hemos pretendido en este trabajo es mostrar el hilo que une todas esas diferentes etapas y que le aporta al tango unos rasgos que lo distinguen de cualquier otro tipo de música popular. Para ello hemos partido de los diferentes modos de contar la historia de este género musical y, de una manera muy particular, del cuadro coreográfico de El Chúcaro titulado Del gaucho al compadrito y hemos escogido este documento por dos motivos.
[2021]
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